Víctor Guillou – La Tercera, Pulso.
Daniel Layton lidera la matriz que controla Sorcia Minerals, compañía que lleva siete años presente en Chile, aún sin poder producir litio. Layton estuvo en Chile la semana pasada y se reunió con personeros de Corfo, Codelco y Enami. Afirma que no ve cambios significativos tras el anuncio de la política gubernamental y que si no se aceleran nuevas operaciones, las inversiones se irán a otros países, como Estados Unidos y Argentina.
“Creo que es un pequeño paso adelante. Pero lo que veo es que no se ha producido ningún cambio significativo desde que empezamos hace siete años”. Así resume Daniel Layton, CEO de Ensorcia Metals Corporation -cuya filial para Latinoamérica es Sorcia Minerals y cuenta con un contrato de arrendamiento por 6.000 hectáreas en el salar de Tara, ubicado en el San Pedro de Atacama- su opinión del anuncio de la estrategia nacional del litio.
Layton visitó el país la semana pasada. En su viaje se reunió con varios políticos, cuyos nombres no quiso revelar. También con tres entidades estatales: Corfo, Enami y Codelco. No es la primera vez que tienen reuniones con las dos primeras. Con la minera estatal y primera productora de cobre del mundo sí lo fue. Y aunque para esta entrevista, Layton hace esfuerzos por parecer optimista -remarca que su tecnología puede escalar la producción chilena de litio en 160 mil toneladas en sólo 24 meses-, su tono refleja importantes niveles de frustración.
“Parecen no entender que el tiempo es absolutamente esencial”, piensa sobre las autoridades en Chile.
“Tengo esperanzas en el nuevo negocio. Nos reunimos con Nancy Pérez. Me gustó mucho. Creo que es una mujer muy, muy inteligente. Y realmente creo que ella quiere hacer esto. Pero hace siete años Enami quería hacerlo con nosotros también. Y no llegamos a ninguna parte. Así que vamos a ver qué pasa”, dice de la cita que sostuvo con la presidenta de Enami Litio, una excodelco designada recientemente al mando de la filial creada por la estatal para el negocio del oro blanco.
Consultado sobre la decisión de Enami de buscar de un socio que aporte el capital y la tecnología para operar una asociación público privada, Layton afirma que no les incomoda. “Depende de los términos finales, pero sí, se lo hemos ofrecido. Hemos ofrecido financiarlo, aportar el dinero, hacer las perforaciones. Incluso hemos ofrecido a nuestros vendedores”, comenta.
“Codelco es nuevo para nosotros. Es la primera vez que estamos activos con Codelco. Por supuesto que me encanta lo que dicen, pero es lo mismo que nos dijeron hace siete años, y seguimos en el mismo punto en el que estábamos entonces”, complementa sobre la otra de las tres reuniones.
Las reales capacidades de Sorcia de operar salares, según las definiciones de la política gubernamental, dependen fundamentalmente de dos cosas: obtener los permisos ambientales, con su respectivo Estudio de Impacto Ambiental (EIA); y obtener la licencia de operación que contempla la regulación, conocida como Contrato de Operación Especial de Litio (CEOL). Dichas autorizaciones las entregan el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y el ministerio de Minería, respectivamente.
La estrategia del Ejecutivo planteó que un 30% de los salares en Chile -que llegan a unos 60- serán reservados como reserva biológica. Sin embargo, para esa definición falta un tiempo aún indeterminado. Recién la semana pasada se constituyó el Comité de Litio y Salares, que presidirá la ministra de Minería, Marcela Hernando, quien será acompañada en la instancia por sus colegas de Economía, Hacienda, Relaciones Exteriores, Medio Ambiente, Ciencias, y Corfo. No se comunicó cuándo tendrán la definición para el 70% de salares que se pretende poner a producir.
Ello, sumado al largo proceso de tramitación de permisos ambientales, explica, en parte, la impaciencia de Layton. En eso, marca el contraste con el impulso que se ha dado a la industria en Estados Unidos, con un millonario paquete de por medio, así como el caso de Francia, donde comenzaron a construir una planta de hidróxido de litio, y que estará operativa en 2025.
“En Estados Unidos son semanas. El gobierno francés se ha portado de maravilla. Han reducido el tiempo dedicado al medioambiente de dos años a nueve meses. Están haciendo todo lo posible para progresar. Actualmente, tenemos compromisos por cientos de millones de financiamiento. Si no podemos progresar aquí, que nos encanta Chile y llevamos aquí siete años sin llegar a ninguna parte, ese dinero se gastará en desarrollar nuestros activos en Estados Unidos y Argentina. Tenemos decenas de millones destinados a programas sociales aquí, principalmente médicos. Ese dinero no irá aquí. Tengo dificultades, y entiendo que es un producto regulado por la Constitución y es para el pueblo, pero me cuesta entender cómo sirve al propósito del pueblo si no se produce. Esa es mi confusión”, resume Layton.
En esa línea, cuestiona la necesidad que las autoridades han reconocido de realizar pruebas en cada salar, antes de dar inicio a operaciones industriales como la que podría realizar Sorcia. Según él, la tecnología de IBAT- empresa dueña de la licencia de extracción directa, controlada por Ensorcia, y creada por el doctor en Química Física, John Burba-, no lo requiere.
“Esa es una mentira inventada por gente cuya tecnología no funciona. (John) Burba lo ha probado una y otra vez. Esta planta en concreto se construyó para Hombre Muerto, que es casi idéntica a la salmuera chilena. La hicimos funcionar con salmuera de yacimiento petrolífero que tenía 228 partes por millón. Tenía 60.000 partes por millón de calcio. El magnesio estaba por las nubes. Quiero decir, mucho peor que aquí. La productividad de esa unidad sería de tres a cuatro veces lo que era en lo que estamos operando en los Estados Unidos”, afirma.
Y, agrega que si se mantiene la decisión de realizar los estudios caso a caso, “estupendo, entonces Chwile puede girarnos un cheque de US$150 millones para hacer la prueba”.
Con todo, urge a apurar las operaciones en otros salares. “Tenemos el dinero, tenemos compromisos por varios cientos de millones que quieren gastar ahora. Dentro de dos años puede que ya no quieran hacerlo. Encontrarán otras cosas. Hay dinero disponible ahora mismo para la extracción y producción de litio. Y hay miles de millones disponibles. En dos años puede que no”, concluye.