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Cómo y cuánto: Firmas globales interesadas en el litio chileno aterrizan la forma en que se asociarían con el Estado

Azucena González – El Mercurio

La política nacional del litio largamente insinuada por el Gobierno está ad portas de hacerse pública. Y ante la expectativa que despierta dicho anuncio, cinco compañías con capitales internacionales interesadas detallan qué proyectos planean llevar a cabo y cómo visualizan la participación del Estado chileno en ellos. La mayoría no tiene problemas en asociarse en la propiedad, a través de firmas existentes —Codelco, Enami o incluso Enap, mencionan—. Respecto del pago de regalías, sí hacen prevenciones concretas: debiera ser diferenciado según características de los salares, y con ventanas de tiempo para recuperar la inversión. Varios CEO planean viaje a Chile en los próximos días, e incluso la gigante francesa Eramet abrirá una sucursal local.

Eramet: ‘En casi todas nuestras operaciones en 13 países, tenemos un régimen de asociación con el Estado o con una empresa estatal’

‘Para apoyar futuras operaciones en el país estamos abriendo una sucursal local’, dice Hubert Porte, el senior representative de la compañía francesa Eramet para Chile, quien además explica que la CEO, Christel Bories (en la foto), ‘estará pronto en Chile por primera vez’. Eramet es un grupo minero listado en la bolsa en París, en el que el mismo Estado francés tiene participación, y que ya está presente en más de una decena de países con producción de manganeso, níquel, zircón y litio, con una primera aproximación en esta región, en Argentina.

Porte explica que les gustaría desarrollar en Chile un proyecto similar al que actualmente construyen en Argentina en la provincia de Salta, en el salar Centenario Ratones, donde inicialmente producirá 24.000 toneladas de carbonato de litio al año. Esta producción a escala industrial comenzará en 2024, detallan, utilizando una tecnología propia de extracción directa de litio, que captura más del 90% del litio de la salmuera ‘y nos permite devolver al salar una salmuera libre de contaminantes’, indica.

Sobre el modelo de negocios, el alto ejecutivo es categórico: ‘Eramet tiene en su ADN una larga historia de asociación con los estados nacionales, empezando por el hecho de que el Estado francés posee el 26% del capital de Eramet. En casi todas nuestras operaciones en 13 países, tenemos un régimen de asociación con el Estado o con una empresa estatal. Así que estamos muy atentos a las expectativas del Estado chileno y tenemos la experiencia y flexibilidad para encontrar el mejor esquema para las partes. Escucharemos las necesidades del Estado, y al igual que hemos hecho en los otros países en los que operamos con sociedades estatales, propondremos un modelo de inversión que sea justo para todas las partes’, indican. Con proyectos en Gabón, Indonesia, Nueva Caledonia, Senegal y Argentina, en la mayoría operan en empresas conjuntas en las que el Estado o una entidad estatal es copropietaria, junto con Eramet.

En Eramet estiman que ‘Chile ha perdido mucho tiempo, cuando se ve que solo hay dos actores en producción y se consideran los tiempos de desarrollo de un nuevo proyecto industrial con todas las autorizaciones ambientales, que fácilmente pueden tomar hasta siete años’.

Wealth Minerals: ‘Queremos hacerlo con una empresa estatal como socio, ya sea un Enami o un Codelco, con 10%’

El CEO de la minera canadiense Wealth Minerals, Henk van Alphen, tiene planeado venir a Chile en los próximos días. Esta es una de las firmas que llevan trabajo avanzado en sondajes y exploración en el mercado chileno del litio.

La firma es una junior canadiense, listada en la bolsa de Toronto, cuya actividad se centra en desarrollar proyectos en etapas tempranas —exploración—, para luego, en la medida que las iniciativas escalan a la etapa comercial, buscan socios para desarrollarlos, o incluso se los venden. En Chile la compañía trabaja dos proyectos de litio, uno en el salar de Ollagüe y otro en el salar de Atacama, en los que ha invertido unos US$ 70 millones a la fecha, explica su director ejecutivo, Marcelo Awad.

Dicha inversión la han efectuado en la compra de las concesiones mineras en ambos salares y en actividad de geofísica y sondaje específicamente en Ollagüe, no así en Atacama, dado que en este último salar ya hay información. En Ollagüe, Wealth Minerals posee 8.200 hectáreas adyacentes a Codelco, y en el salar de Atacama, 46.200—, aunque como no dispone de los contratos especiales de operación (los CEOL, que habilitan la explotación), su actividad ha estado circunscrita a sondajes y exploraciones y a la fecha no ha avanzado ni en solicitar las autorizaciones a la Cchen, ni en estudios de impacto ambiental, a la espera de la anunciada política nacional del litio.

Marcelo Awad es explícito en cuál es el modelo que tienen definido: la compañía buscaría socios para desarrollar los proyectos, conservando el 51%, indica. ‘Nuestra intención es conservar la mayoría’, apunta. E independiente de que pueden desarrollarlos de manera privada, quieren hacerlo en sociedad del Estado, en una proporción no mayor al 10% de participación estatal, con derecho a un director.

‘Queremos hacerlo con una empresa estatal como socio, ya sea un Enami o un Codelco, con 10%’, especifica. La firma tuvo un memorandum de entendimiento con Enami —que ya expiró, pues lo negociaron hace cuatro años—, en que se indicaba que le entregaban el 10%, ‘sin costo alguno. No tenían que pagar su 10%. Solamente recibían la proporción de dividendos que se distribuyeran. Por eso, para que el proyecto sea económicamente viable, no puede ser más de un 10%’, apunta Awad.

Junto con el 10% de propiedad, también considera una carga tributaria en que además del impuesto de primera categoría, se les aplicara un esquema similar al que hoy tienen los contratos que renegoció Eduardo Bitrán desde la Corfo (con SQM y Albemarle), en cuanto al impuesto específico, pero con una salvedad, precisa: que este aspecto comenzara a aplicarse una vez que la compañía haya logrado amortizar sus inversiones, tal como lo pudo hacer SQM. ‘A todos los nuevos tendrían que reconocernos que tenemos que hacer una inversión enorme, que todavía no hemos depreciado. Ese es un rayado de cancha parejo. Estamos en una realidad distinta’, advierte.

En plazo, calcula Awad, eso significaría, estimativamente, que al año seis de producción recién comenzara a aplicarse el impuesto específico. Y eso sin contar otros seis años previos que —calcula— se demorarían en echar a andar los proyectos y que salga la producción, considerando las etapas de permisos, estudios de impacto ambiental, etc.

Si el plan de la minera llega a puerto, Marcelo Awad calcula que la inversión rondaría entre US$ 2.000 millones y US$ 2.500 millones, para producir en Ollagüe 25.000 toneladas de carbonato o hidróxido de litio, mientras en el salar de Atacama calcula producir sobre 100.000 toneladas al año. Awad detalla que la tecnología que usan es de extracción directa de litio, sin necesidad de piscinas de vaporación, lo que reduce el consumo de agua y es inferior a los 15 litros por segundo, dice.

‘Chile está atrasado siete años, que son los que ha aprovechado Argentina. Argentina solo tiene producción porque en Chile no ha salido el marco regulatorio. Porque las leyes del litio allá son bajísimas al lado de las que tenemos acá’, dice.

Lithium Power International: ‘Codelco siempre será un socio natural’

Minera Salar Blanco es un proyecto 100% relacionado a la australiana Lithium Power International Ltd, listada en la bolsa de Australia, y hoy está desarrollando un proyecto en el salar de Maricunga —que es uno de los más avanzados en tramitaciones—, con el que considera producir un promedio de 20.000 toneladas anuales de carbonato de litio de alta pureza (grado batería) y cerca de 58.000 toneladas de Cloruro de Potasio, por un período de 20 años, y generando unos 1.200 puestos de trabajo durante el proceso de construcción, que proyectan les tomará cerca de dos años y medio

Para esta iniciativa, la firma lleva unos siete años de trabajo y cerca de US$ 71 millones invertidos. En septiembre de 2018 ingresó a tramitación ambiental el ‘Proyecto Blanco’; obtuvo la RCA el 4 de febrero de 2020 y esta fue ratificada por el Comité de Ministros el 23 de febrero del año pasado. La CCHEN le otorgó en marzo de 2018 el Permiso de Explotación y Comercialización de Litio en sus pertenencias, y hoy están tramitando permisos ante el Sernageomin y la DGA.

El CEO de Lithium y gerente general de Minera Salar Blanco, Cristóbal García Huidobro, se encarga de enfatizar que la propiedad de las concesiones de Minera Salar Blanco y los derechos de las mismas ‘han estado siempre claros para la compañía. Es titular de más de 2.500 hectáreas de concesiones mineras en el Salar de Maricunga, donde ha certificado más de tres millones de toneladas de recursos de litio bajo estándares internacionales, y de los cuales cerca de un 50% provienen de concesiones constituidas previo a la declaración de no concesibilidad del litio en 1979. Esta primera etapa del proyecto ha sido desarrollada justamente sobre dichas concesiones, siendo el mismo Estado, a través de sus instituciones, quien nos ha otorgado todos los permisos. Adicionalmente, los tribunales nos han otorgado autorizaciones (servidumbres) mineras, que reconocen las pertenencias anteriores a 1979 y, por tanto, la capacidad de explotar litio. Todo esto nos ha dado, como empresa de capitales australianos, la confianza para seguir invirtiendo en el país’.

Sobre el modelo de negocios, Huidobro dice: ‘En Maricunga nos parece que la mejor forma de desarrollo sería a través de un formato mixto, donde exista una asociación con alguna empresa estatal que participe en la propiedad y, al mismo tiempo, exista una estructura de royalty y condiciones de operación que le permitan al Estado asegurar una recaudación consistente en el tiempo y de acuerdo al retorno de la operación. Esta participación, para ser justa, sería conforme a los aportes de cada uno, lo que resulta más objetivo, serio y transparente para ambas partes, y flexibilizaría las necesidades de aportes de capital del Estado, sin descuidar su participación, la que estaría resguardada por la estructura de royalty’, indica.

García Huidobro profundiza: ‘Codelco siempre será un socio natural. Porque tienen presencia en Maricunga y porque es una empresa minera de nivel mundial y titular del CEOL otorgado sobre una gran parte del Salar de Maricunga. Siempre tendremos la mejor voluntad para alcanzar un acuerdo de cooperación y desarrollo conjunto. No es el ánimo ni la política de la empresa tener un conflicto’, dice.

Para la inversión inicial en el proyecto, de unos US$ 700 millones, la firma prevé finalizar el proceso de estructuración financiera durante este primer semestre, de modo de iniciar obras durante el segundo semestre. ‘Minera Salar Blanco está en posición de partir en 2023’, afirma.

Simbalik Group: ‘Apoyamos la creación de una Empresa Nacional del Litio, incluyendo la participación de Codelco’

Simbalik Group, un fondo basado en Singapur y controlado por Kevin y Nikko Peng, con el Grupo Errázuriz conforman el joint venture Simco, cuyo proyecto se sitúa en el salar de Maricunga, donde disponen de 11.000 hectáreas.

El proyecto de Simco considera llegar a una producción de 22.000 toneladas de hidróxido de litio grado de batería. ‘Estamos en la fase final de pilotaje de la tecnología de extracción directa y además en la ingeniería de detalle del proyecto. El objetivo es tener el proyecto en operación antes de 2026’, explica Sebastián Yang, director de Simco y representante de Simbalik Group, quien estima que considerando una cotización promedio de US$ 50 mil por tonelada, las ventas del proyecto podrán ser mayores a US$ 1.100 millones anuales.

Detallan que hoy su planta piloto ‘está en pleno funcionamiento’, y por eso la expectativa de estos gestores es en pocos meses iniciar la ingeniería de detalle de la planta comercial, para a fines de año partir con la compra de los equipos principales.

Fue a inicios de la década de 2010, que tanto Simbalik como Cominor (Errázuriz) obtuvieron los permisos de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) para extraer y comercializar litio. En 2016, se materializó la asociación con Cominor, y en 2018, Simco inició las pruebas técnicas para la tecnología de extracción del litio.

Aunque no especifican cómo visualizan con exactitud la participación del Estado, Yang indica: ‘Apoyamos la creación de una Empresa Nacional del Litio, incluyendo la participación de Codelco en esta actividad, siempre que no la distraiga de su actividad principal’. Añade que ‘es de vital importancia que quienes decidan invertir y correr los riesgos sean apropiadamente recompensados. Es decir, que sea negocio’. Y pasa un mensaje: ‘Es imperioso que se respeten los derechos de concesión, los permisos existentes y se priorice la utilización de tecnologías amigables’. Cabe señalar que las pertenencias mineras de este grupo son anteriores a 1979.

En el detalle, el ejecutivo dice que han ‘tenido conversaciones no solo con Codelco, sino también con Enami’, con el objetivo de avanzar más rápido.

Sorcia Minerals: ‘La regalía podría ser la manera más fácil y más rápida de echar a andar la industria’

Sorcia Minerals es una firma de capitales estadounidenses, fundada por Daniel Layton, quien precisamente vendrá a Chile a propósito del inminente anuncio del Gobierno, previendo llegar en unas cuatro semanas. La matriz está en Houston, Texas. En Chile opera como Sorcia y en Argentina lo hace como Triangle Lithium, en el salar Antofalla, en Catamarca, donde ya iniciaron sondajes, y están más avanzados.

En Chile —según detalla Rodrigo Dupouy, el presidente para Latinoamérica de la filial Sorcia Minerals—, tienen un contrato de arrendamiento con opción de compra en el salar de Tara, en Antofagasta, con miras a explotar 5.500 hectáreas. A la fecha, solo ha desarrollado inversiones menores, de entre US$ 2 millones y US$ 2,5 millones, en estudios, indica Dupouy, sin hacer sondajes aún.

La compañía relata tener un plan de unos US$ 500 millones para instalar plantas de extracción directa para producir una solución de cloruro de litio al 40%, y trasladarlo a una planta química para producir carbonato de litio grado batería, que instalarían en una zona portuaria. Aquella inversión la calculan para producir 20 mil toneladas de carbonato de litio al año.

Dupouy explica que la tecnología que desarrollan son unidades móviles y modulares adyacentes a salares (no encima), lo que —dice— es una forma más ecológica y sustentable, reinyectando la salmuera.

El representante de Sorcia indica que la compañía está abierta y llana a todos los modelos, ya sea joint venture con el Estado en la propiedad —’Codelco, Enami, Enap o quien sea’—, o a través de regalías. Pero hace ver: ‘La regalía podría ser la manera más fácil y más rápida de echar a andar la industria, y el Estado podría tener los recursos que anda buscando. Es un modelo más rápido’, dice.

Especifica que sí les interesa ‘mantener el control sobre la tecnología’, lo que no necesariamente es sinónimo del control en la empresa, dice. ‘Las participaciones pueden ser diversas, va a depender de los recursos que cada uno ponga’, dice. En cuanto a las regalías, desliza consideraciones: no puede compararse el pago en una operación que está en el salar de Atacama, ‘el mejor del mundo, inmejorable’, enfatiza —alta ley, con dos mil partículas por millón de litio, a 2.300 metros de altura, con carreteras, electricidad, a solo poco más de 200 kilómetros de los puertos—, versus otros salares que están en otras condiciones, en la alta cordillera, sin accesos, y más baja la ley. ‘Me imagino que el Gobierno eso lo debe tener bastante claro y va a fijar diferentes tipos de royalty sobre diferentes tipos de operaciones’, dice.

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